martes, 3 de enero de 2012

Dejemos de sernos.


Dejemos de sernos tan ajenos
y emprendamos un viaje para conocernos
vayamos acortando distancias
yo quiero saberte, tenerte con ansias

Dejemos de sernos tan ajenos
no seamos como esos viejos necios
que ya arrugados y con canas
maldicen a la vida
por las oportunidades despreciadas

Dejemos de sernos tan ajenos
yo sé que somos compatibles
acerquémonos con la ternura de un beso
no seamos consumidos por el silencio

Dejemos de sernos tan ajenos
total, ¿Qué puede pasarnos?
lo mas grave que puede sucedernos
es que no seamos compatibles para amarnos

Dejemos de sernos tan ajenos
mandemos al diablo nuestros miedos
arrojémonos el uno al otro
recibámonos del otro al uno

Dejemos de sernos tan ajenos
seamos dos personas
que pese a sus diferencias
se encuentren frente a frete
y mostrémonos ante los demás
en esa misteriosa unidad
que cuando te tengo cerca me hace vibrar

Dejemos de sernos tan ajenos
y comencemos a hacernos fraternos
dejemos de no más “hacernos”
y seamos lo que queremos
“seámonos” y ya no nos dejemos.

Comencemos a “des-ajenarnos”
tracemos una ruta,
un camino o un sendero
transitémoslo a nuestro paso
de abajo hacia arriba
de arriba hacia abajo

Yo se que tus dudas y temores
se deben a pequeños errores,
que han marcado nuestro pasado
o quizás por la educación
que los mayores nos han dado
pues siempre nos dijeron
a “voz de palo”
“¡No hables con extraños!”

Me llamo:
Radha Soami Sánchez Sánchez
¡Ya estamos presentados!

Dejemos de sernos tan ajenos
te lo pido… dejemos de serlo.


Radha Soami Sánchez Sánchez

Del oficio.


Cuando uno ha decidido
que en esta ruta que llamamos vida,
el oficio del poeta,
sea el pan suyo de cada día,
se debe ser muy cuidadoso
ya que uno nunca sabe,
donde lo sorprenderá
el próximo poema.

Uno está expuesto a la voluntad
de cuanto lo rodea:
de los bosques, las montañas,
los jóvenes amantes que se aman,
los perros, de los gatos,
de la tierra y de todos los astros,
la poesía, el arte,
las letras…
los ruidos y silencios
los insomnios y los sueños.

No existen metodologías,
Ni “momentos de inspiración”,
uno no quiere escribir nada de esto
pero de repente,
en cualquier momento…

¡Zaaaaz!

Infringiendo todas las reglas del boxeo
un recto, un volado y un gancho
¡Directos al cerebro!
(es lo malo del arte…
le importa una mierda
si infringe las reglas)
y así como así
empiezas a escribir.

Sin calentamientos,
sin preparar las palabras,
solo impregnando sobre el papel
todos los impulsos que te asaltan.

En ocasiones uno quisiera parar
pero si se trata de poesía
no puedes hacer tu santa voluntad.

Lo peligroso de todo esto
es, que eres atacado
en dos modos y momentos.

Por una parte te vuelves esclavo,
sujeto y de toda forma atado
al capricho del poema,
atrapado entre el léxico y la sintaxis,
los morfemas con sus respectivos
gramema y lexema,
que te agreden, y se abalanzan
sobre tu físico sin impórtales nada.

Pueden abordarte en cualquier parte,
mientras comes, mientras cagas,
mientras estas en la escuela
incluso cuando cambias de acera.

Y por otra parte
también te vuelves su esclavo..
(al andar en la poesía
estas obligado a encontrarte acorralado
hasta por la más pequeña figurita)
solo que en esta ocasión
opera de una forma más mezquina
de una manera dulcemente dañina,
ya que es hipocresía y cinismo
lo que impera en esa relación,
donde velada y oculta por bellos paisajes
yace tu sumisión por este tipo de arte.

En un primer momento
el poema te aborda,
¡De manera seductora!
Afrodisiaca y angelical
quedando anonadado por su sola presencia,
por su deleitable aroma…
para desaparecer al instante siguiente
de haberse mostrado.

Es a partir de ese momento
que te ves obligado a buscarlo,
buscarlo, buscarlo…
por todas partes hasta encontrarlo…

debajo de las piedras
en los puertos
en las copas de los arboles
en las montañas y los mares
en los desiertos calcinantes
en los velorios
en los eventos solemnes
en las fiestas familiares
entre los perros y los gatos
en los repliegues de los vestidos
y de las carnes de las mujeres
en los hombres ebrios que cantan a la luna
en las féminas ebrias que lloran en las penumbras.

Cuando después de esa larga travesía
de búsqueda infinita
por fin lo has encontrado,
luego de atravesar desiertos,
mares, montañas, cielos y avernos,
y lo tienes capturado entre las manos.

¡Vuelves a sorber su fresca consistencia,
su dulce fragancia,
su natal-letal esencia!

A él le vale madres tu vida,
¡Sale volando corriendo hacia ningún lado!
Así con redoblado animo
con redoblada pena
continuas buscando.

¡He aquí la explicación
del suicidio de varios poetas!

El convencimiento de que el poema
se encuentra oculto en medio de las arterias
¡Es tan grande!
que no queda más remedio
que buscar entre las venas,
rascando con una navaja
o metiéndote mil pastillas
para que por el torrente sanguíneo
llegue la letal sustancia
y del poema lo sepas todo…
¡O nunca más conozcas nada!

Así la vida del poeta queda prensada.

Una lucha incesante
contra todos los elementos,
contra las piedras, los puertos,
los bosques e incluso el vomito de perro…

Todo ello para obtener unos versos

Por otra parte, una sistemática sorpresa,
un sistemático abatimiento
por los golpes,
con sus ganchos y volados
de cuanto está presente
y de cuanto yace ausente..
extenuado de asombro
por la magnificencia de la vida,
de los bichos… del planeta.

Lo que los no-poetas
llaman “inspiración”,
¡Es un mito!
¡Una falacia!
Creada por su imaginación
que trata de darle explicación
al surgimiento de un poema,
a su creación…
problemática por ellos incomprendida

Para dilucidar esto
lo más pertinente
es hacer uso de analogías.

Como cuando los hombres
pensaban que la vida era creada
por un amigo imaginario
(que algunos llaman dios),
que vertía sobre nosotros su Gloria,
(¿o quizás era Victoria?
… ya no me acuerdo si también
vaciaba sobre las cabezas la Corona)
y con un soplo de su boca
salíamos al mundo…
algo que me parece de todo modo absurdo,
pero comprensible
y propio de un estado primitivo del intelecto.

Ante algo inentendible
las mentes que son estrechas,
inventan boberías y cosas imprudentes.

Siendo este tipo de mitos
el alimento diario
de los no-poetas
y los críticos literarios,
que intentan explicar,
el arte de escribir, de redactar.

De esa forma sucede
con los consagrados y bienaventurados,
siempre mamones falsos e ignorantes
“amantes del arte”

Es mí deber ser didáctico,
dar a conocer con la mayor simpleza
(y sutileza)
lo que aquí les he mencionado
por ello recurramos a una
analogía
¡Analogía nuevamente!

Cuando un chico llega
con una niña linda
y le dice que le quiere
ella le contesta con un
“también te quiero
pero tengo novio y le amo locamente”
(bueno para empezar
como si hubiera otro modo de amar)

Los no-artistas son ese chico
que ha sido rechazado,
solo miran de lejitos
y quedan maravillados,
por los enigmas
que se esconden
en el sabor de esos labios.

Pero bueno
la ceguera de esos sujetos
asciende a niveles inimaginables
incluso uno que otro imbécil
llega a preguntar…
¿Cuál es la metodología para escribir poesía?
¿Cuáles son los requerimientos literarios
para comenzar a redactar?

¡Camaradas!
¡Compañeros!
¡El día de hoy!
¡Parado ante el umbral de la historia!
¡Desde esta tribuna de denuncia les quiero decir!
Me equivoque de espacio
¡Hasta yo me llego a confundir!
En esta compleja tarea del escribir

Pero bueno
lo “necesario para empezar redactar”
es un papel y un lápiz,
no necesitas más…
bueno si eres más sofisticado
una máquina de escribir
o cualquier teclado.

Si pese a todo este choro
largo y rebuscado ,
ustedes siguen creyendo que las obras artísticas
se crean a partir de una metodología,
se encuentran muy equivocados
sinceramente tienen una grave enfermedad,
de la que se tienen que cuidar.

Están a punto de contagiarse
de “imbecilidad” crónica y aguda,
aunque varía… a veces más aguda que crónica.

¿Alguien cree verdaderamente
que Mozart, Picasso, Girondo,
se trazaron una ruta critica
para llegar a sus creaciones?
(no empiecen a chingarme
ya sé que de ahí solo es poeta Girondo)
Si alguien lo cree les digo…
¡se equivocan señores!

Regresando a lo que comentaba en un principio
el ser poeta es un oficio duro,
con mala paga,
donde es casi imposible
llegar al salón de la fama…

sin embargo vale cada momento,
cada sobresalto y cada sobreacostamiento.

Llegados a este punto
queda relegado a segundo plano
el peligro de morir aplastado
por uno de tus pensamientos.


Radha Soami Sánchez Sánchez

Herida sobre herida (tuyas y mías).

Título: Herida sobre herida (tuyas y mías). Autor: Radha Sánchez. La Ciudad de México, también puede recorrerse como heridas...